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martes, 20 de diciembre de 2016

Nacimiento para colorear y recortar

Nacimiento 1

Nacimiento 2




Nacimiento 3





Nacimiento 3








   Nacimiento 4





                    


Nacimiento 5




Nacimiento 6


Nacimiento 7






Nacimiento 8




Nacimiento 9





Nacimiento 10







Nacimiento 11



Nacimento12




Nacimiento 13




Nacimiento 14





Nacimiento 15


















Nacimiento 16





viernes, 16 de diciembre de 2016

El cocinero de Nochebuena

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Ésta es la historia de un cocinero que debía preparar una sabrosa cena de Nochebuena. Había trabajado tanto durante los meses precedentes que se vio abandonado por la inspiración, precisamente en la época más importante del año. Pasaba el día pensando e ideando menús navideños, sin que ninguno de ellos lograra satisfacerle. Así llegó la víspera de Navidad y él seguía huérfano de ideas. 

Tan cansado estaba que le pudo el sueño y se quedó dormido sobre la mesa de la cocina, rodeado de libros y cuadernos de recetas. Se vio convertido en un orondo Papá Noel con su abultado saco al hombro, y viajando a bordo de un bello trineo que se deslizaba silencioso por la nieve al son de un dulce tintineo de campanillas. Desconocía el lugar al que se dirigía, pero intuía que el trineo conocía su destino. Porque debo decir que el vehículo que le transportaba no era tirado por ciervos ni por renos, sino que únicamente se desplazaba guiado por una fuerza invisible. 

Una vez finalizado el viaje, el trineo se detuvo ante una rústica casita en el bosque, de cuya chimenea escapaba un inmaculado y cálido humo blanco. Llamó a la puerta y ésta se abrió al instante, sin que nadie apareciera tras ella. Entró en la casa y halló un bello salón decorado con toques navideños que provocó en él una profunda y hogareña sensación. Un pequeño abeto le hacía guiños junto a la chimenea encendida, cuyos troncos crepitaban e iluminaban la estancia con sus llamas, y de la que colgaban unos calcetines de bellos colores, esperando ser llenados de regalos. En el centro de la estancia, una acogedora mesa, bellamente dispuesta y con las velas encendidas, esperaba ser cubierta de manjares. No había nadie a su alrededor, y sin embargo se sentía acompañado por presencias invisibles que él percibía, aún sin verlas. Depositó el saco en el suelo y se dispuso a abrirlo. Desconocía lo que podía albergar y por un momento sintió que su corazón latía con más fuerza. Se sentó en una mullida butaca junto a la chimenea y con manos temblorosas empezó a extraer el contenido. 

Lo primero que apareció fue una bella sopera con una reconfortante Sopa de Crema, hecha con una gallina entera, aderezada con unos diminutos dados de su pechuga. Levantó la tapa y una oleada de vapor repleto de aromas empañó sus gafas. Después, un dorado y casi líquido Queso Camembert hecho al horno, con aromas de ajo y vino blanco, acompañado de un crujiente pan hizo que su boca se llenara de agua. Hundió la nariz en él y lo depositó sobre la mesa. Su tercer hallazgo fue una Pierna de Cerdo rellena con ciruelas pasas y beicon ahumado que venía acompañada de un sin fin de guarniciones, a cual más apetitosas: cremoso puré de patata aromatizado con aceite de ajo y con mostaza, salsas agridulces y chutneys irresistibles, compota de manzana con vinagre y miel... ¡de ensueño! Dispuso la inmensa fuente en el centro de la mesa y aspiró los intensos aromas que aquella sinfonía de contrastes culinarios le ofrecía. En un rincón del salón, reparó en una mesita auxiliar dispuesta para los postres y allí colocó un crujiente Strudel de Manzana y nueces y una espectacular Anguila de Mazapán, una dulcera de cristal que albergaba una deliciosa Compota de Navidad al Oporto y un insólito Helado de Polvorones. Apenas podía creer lo que estaba sucediendo, se sentía embargado por la emoción. El menú tocaba a su fin y comprendió que era hora de abandonar aquella cálida casita, para dejar que sus moradores disfrutaran en la intimidad de las exquisitas viandas que había traído en su saco. Pensó que los manjares se enfriarían si no lo hacía pronto, pero comprendió que el calor, material y espiritual, que invadía todos y cada uno de los rincones de la estancia se encargaría de mantenerlos a la temperatura adecuada. 

Como toque final a su visita, llenó los calcetines de la chimenea con figuritas de mazapán, polvorones y turrones, que sin duda harían las delicias de los niños... y de los menos niños. Le despertó el borboteo de un caldo que había dejado en el fuego y que amenazaba con desbordar el puchero. Era ya de madrugada, pero aún tenía tiempo de ponerse manos a la obra y elaborar el menú de la casita del bosque. La fuerza invisible que guiaba el trineo no era otra cosa que el amor que el cocinero sentía por el mundo de la cocina.
Navidad

Los duendes de la Navidad


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Eglantina estaba cansada de que cada navidad la enviaran a ese orfanato. Cuando al día siguiente se reunían los duendes en la cueva de Raedself, donde vivían como una gran familia, todos contaban divertidas y disparatadas historias que les habían ocurrido en las casas que les había tocado visitar. Pero Egladina era invadida por una tristeza profunda y se quedaba en silencio.
Así había sido año tras año. Todos los duendes volvían satisfechos por haber cumplido, una vez más, con su misión. Todos, menos Eglantina. Para ella las navidades eran siempre iguales: llegaba al orfanato y decenas de chiquillas y chiquillos la rodeaban. Entonces, como lo exigía la tradición, ella les preguntaba cómo había sido el año. Y ellos pasaban a narrarle con lujo de detalle toda clase de historias sobrecogedoras. Después, Eglantina les entregaba regalos especiales para cada uno de ellos, teniendo en cuenta lo que a cada uno le gustaba. Y concluía marchándose con una pena muy onda abrazando su diminuto corazón.
El día después de la navidad los niños del orfanato lo pasaban jugueteando y riendo como nunca, apreciando con estremecimiento todos los regalos. Para Eglantina el día siguiente era una verdadera tortura; no podía explicarse cómo había gente que sufría tanto y que, aún así, era capaz de poner una sonrisa en su rostro y seguir adelante. Pero posiblemente lo que más daño le causaba era pensar que al año siguiente nuevamente tendría que ir a ese lugar, encontrarse con esas suaves vocecitas y no poder hacer nada por ellos, más que entregarles unos cuantos regalos que no terminarían, sin embargo, con su desamparo.
Ese año consiguió llegar a un acuerdo con Laila: Eglantina iría a la casa que siempre había visitado Laila (de una familia normal y corriente) y Laila visitaría a los niños del orfanato.
Eglantina estaba muy contenta. ¡Finalmente podría regresar con una historia divertida y pasaría una preciosa navidad junto a sus amigos los duendes!
Al día siguiente de la noche buena todos los duendes contaron sus andanzas. Cuando le llegó su turno, Eglantina dijo que había sido la navidad más triste de su vida. Primero: los niños no habían sido capaces de dedicarle más que unos pocos minutos, solo querían saber qué había dentro de los envoltorios. Segundo: sus padres habían comprado cientos de regalos y, a su lado, los de Eglantina eran insignificantes. Y tercero: se sintió terriblemente sola porque ninguno de esos niños se parecía a sus amiguitos del orfanato, y echó de menos a todos y cada uno de ellos.
Laila, por su parte, dijo que la suya había sido una hermosa navidad. Los niños del orfanato la habían recibido con enormes sonrisas y la habían escuchado con suma atención.
Eglantina se quedó mirándola estupefacta y le preguntó cómo podía sentirse bien si todos esos niños tenían historias terribles. Le preguntó:
—¿No te hace daño pensar que no puedes nacer nada por cambiar aquello?
Laila la observó fijamente y le dijo:
—Sí, pero ya lo has dicho: no hay nada que podamos hacer por cambiarles el pasado. Nuestro deber es ofrecerles una navidad agradable y divertida. Debemos sentirnos felices de tener esta oportunidad.
Entonces, Eglantina lo comprendió todo. Y a partir de ese año esperó con ansiedad el día de nochebuena para visitar a sus amiguitos del orfanato y sazonar con caricias y risas sus tristes realidades.

El muñeco de nieve.

El muñeco de nieve
Era noche de Navidad, y los niños que siempre acompañaban al muñeco de nieve, estaba en sus casas. El muñeco de nieve se sentía solo y triste... 
Cerca, había una casa, y él decidió acercarse para ver qué pasaba dentro. Al hacerlo, vioel calor de un hogar, una mesa llena de comida, y un lugar acogedor en donde no hacía frío, porque no caía nieve…

El muñeco de nieve quiso entrar, pero no pudo, porque no encontró forma de hacerlo...  Pero de pronto vio caer una escarcha del cielo, que lo miró y sonríó. Le dijo:
¡Pídeme un deseo, en esta noche especial’.
El muñeco contestó:
Yo quiero sentir el calor de un hogar, como el de esta familia…
- Pide tu deseo entonces- Insistió la escarcha.
- Quiero entrar en esta casa y pasar la Navidad con esta familia..
- Pero, si entras ahí, te convertirás en un charco de agua - le dijo la escarcha.
- Entonces quiero que ellos salgan y pasen la Navidad conmigo.
- No puedo hacer eso, porque si ellos salen, se morirán de frío.
- Entonces, ¿qué puedo hacer?
- Es verdad, muñeco de nieve…- pensó la escarcha- lo que tú necesitas es otro muñeco de nieve con quien compartir la Navidad
La escarcha fue creando otro muñeco de nieve. Cuando ya terminó, el niño se asomó por la ventana..
- ¡Mira, papá! ¡Otro muñeco de nieve! ¡No tiene bufanda! ¿Puedo ponerle una? 
- Sí, ves…- le contestó el padre.
Así que el niño salió y le puso la bufanda de su madre al muñeco de nieve recién creado… Y así fue cómo el muñeco de nieve jamás volvió a estar solo en Navidad.


GuiaInfantil

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Como hacer botas navideñas de papel con los niños

 En esta manualidad navideña te mostraremos como hacer botas navideñas de papel con los niños. No necesitaras muchos materiales y en solo unos minutos la tendran lista.
manualidades de botas navideñas
MATERIALES:
  • Cartulina
  • Pegamento
  • Tijeras
  • Lápiz
  • Cuerda o cinta (opcional)
  • Todo tipo de materiales de decoración: papel, lentejuelas, pegatinas, tarjetas de felicitación de Navidad viejos o papel de regalo, lazos, botones, pegamento con brillo, etc
  • Molde


PASOS:
1. Si necesitas un molde para elaborar la bota de navidad puedes utilizar el que hemos colocado en los materiales.
2. Ten a mano la cartulina, asegúrate que sea el doble de ancho que el molde.
manualidades de botas navideñas
3. Dobla la cartulina por la mitad.
manualidades de botas navideñas
4. Alinea el borde recto del molde, a lo largo del borde doblado de la cartulina. Traza el contorno del dibujo sobre la cartulina.
manualidades de botas navideñas
5. Manteniendo la cartulina doblada por la mitad, recorta la forma de la bota.
manualidades de botas navideñas
6. Desplega la bota. Aplica el pegamento a lo largo de los bordes, excepto en el borde superior.
manualidades de botas navideñas
7. Dobla la bota navideña a lo largo del pliegue central y presiona a los lados para pegar los bordes en su lugar.
manualidades de botas navideñas
8. Decora la bota navideña como mas te guste. Puedes cortar imágenes de tarjetas viejas de navidad o papel de regalo. Dibuja tus propias imágenes de navidad, o cortar las formas básicas (por ejemplo, triángulos, rectángulos, círculos) y ponerlos juntos como lo hice yo.
manualidades de botas navideñas
Puedes pegar lentejuelas, lazos pequeños, pegatinas, botones, cuentas y otros materiales 
9. Como opcion puedes hacer un agujero en la parte superior de la bota navideña y enhebrar un lazo con la cinta en el agujero para colgar.
manualidades de botas navideñas
10. Cuando el pegamento se seque, cuelga la bota como un encantador adorno de Navidad.
Consejos útiles sobre esta manualidad navideña:
  •  Los niños mas pequeños pueden decorar sus botas navideñas con grandes botones, calcomanias, pompones o grandes recortes de papel. Los niños mas grandes pueden escribir sus nombres.
  • Puedes hacer una bota rayada pegando tiras de papel. También puedes colocar un cascabel en el lazo de la cuerda.
  • Para crear una bota que dure por mucho tiempo, trata de hacer esta manualidad en foami como esta otra bota navideña.

PARA MI NIETO ERIC CON CARIÑO

Un acto de magia

Bambi y Tambor

Bambi y Tambor

¡Hola amigo y amiga! :


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Números y colores con letra...

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Encierra al gato

Ve cliqueando los círculos más claros, que se pondrán más oscuros. • El objetivo es cercar al gato y no dejarlo salir. Para empezar, hacer click en cualquier lugar del dibujo de abajo ¡ Buena suerte y mucha atención!

"EL TESORO DEL SABER"

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